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Préstamos y tarjetas de crédito: una trampa de endeudamiento

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Los guatemaltecos han sido abordados por las entidades financieras, otorgando productos como préstamos y tarjetas de crédito, que permitan generar un récord crediticio, si bien, para algunos ha sido un beneficio, para la mayoría ha implicado endeudamiento.


Benjamín García, supervisor de una agencia del Banco G&T Continental indicó que es viable otorgar préstamos a personas que mantengan un nivel de endeudamiento a lo que se llama Retorno de Capital Invertido (RCI) no mayor al 45%, para que pueda cumplir con los pagos establecidos por la entidad.


La Superintendencia de Bancos de Guatemala (SIB) regula las tasas de interés de los préstamos y no tiene restricción alguna en cuanto al proceso que realizan las entidades financieras, ya que, “cada banco se expone a un riesgo de pérdida de capital invertido del 15%”, agregó García.


Las entidades financieras se benefician de la ganancia, ya que, las tasas de interés oscilan entre el 12% y 29%, en créditos de nómina o libre disponibilidad.


Créditos y víctimas

En los últimos cinco años ha variado el crecimiento de créditos otorgados en un 5% anual, permitiendo colocar en un año hasta Q1 mil 600 millones en créditos, añadió García.


Sin embargo, la colocación de créditos tiene “víctimas” según el asesor financiero Hugo Pereira.


“Si la gente no sabe usar los créditos puede entrar en un camino de endeudamientos infinitos. Préstamo tras préstamo, crédito tras crédito y nunca acabar”, expuso Pereira.


Hace dos semanas a José Vásquez le llamó un asesor de la financiera "Impúlsate" para ofrecerle un préstamo de Q15 mil que se desembolsaría en 24 horas.


La propuesta en esa llamada telefónica se escuchó llamativa, pero al efectuar los cálculos pareció un timo. En pagos por 48 meses Vásquez debió pagar Q49 mil 500 por los Q15 mil que le prestaría la financiera. En total durante ese periodo pagaría un poco más del triple del dinero que recibiría en un comienzo.


“El dinero lo necesitaba para pagar otra deuda, pero al hacer los cálculos solo entendí que se adquiere una deuda más grande y por más tiempo. No me convenció, además en la llamada la asesora estaba apresurada y no me dejaba pensarlo”, relató Vásquez.


Pereira advirtió que muchas financieras que ofrecen créditos usan la estrategia de la “presión crediticia” la cual consiste en que al momento de ofrecer el producto (el préstamo) “no se de mucho tiempo al posible cliente para pensar en la tasa de interés, de hacerlo eso podría desanimar”.


Créditos y control

Cada préstamo significa una nueva deuda, a pesar de ello, los realizados para adquisición de propiedades, mantienen una esencia de creación de dinero, pues no lo dan físico al cliente, sino que crean una cuenta a favor de él y el beneficio es el porcentaje de interés anual que la entidad bancaria recibe.


La diferencia entre un préstamo y tarjeta de crédito, es el interés que maneja, ya que, la tasa de un préstamo se calcula con el tiempo solicitado y se pactan cuotas, si bien es cierto, el cliente puede llegar a pagar tres veces más de la cantidad solicitada, mantiene cuotas en tiempo establecido, al contrario de las tarjetas de crédito, tienen corto plazo para que no corra interés, de lo contrario, se carga y la deuda aumenta constantemente dependiendo de la cantidad.


“Las Tarjetas de Crédito manejan tasas de interés alto, depende de la entidad bancaria, la mayoría se mantiene en un rango de 2.96% a 4.96%, dependiendo del tipo de tarjeta, las categorías de tarjeta media y baja son las que manejan el interés más alto, por lo que, la gente tiende a endeudarse al no pagar a tiempo”, comentó Alan Castillo, asesor de Tarjetas de Crédito.


La Dirección General de Migración registró de enero a diciembre del año pasado pasado 34 mil personas arraigadas por deudas, gran porcentaje por tarjetas de crédito.


Lucha por abusos

“Muchos usuarios de tarjetas de crédito tienen deuda todos juntos de Q17 mil millones en la banca nacional y no hay respaldo legal para estas personas” explicó Ronald Arango, ex diputado del Congreso.


Arango promovió en 2013 la Ley de Tarjetas de Crédito y que fue aprobada en 2015, la cual ponía límite en la tasa de interés para consumos y moras. En esa normativa los bancos no podían cobrar más de 26% anual de interés a los usuarios. En diciembre de 2018 esa legislación fue declarada inconstitucional.


El 2 de diciembre del año pasado una nueva propuesta de Ley de Tarjetas de Crédito obtuvo dictamen favorable en la que se regulaban tasas de interés, pero no contiene tasa tope. Esa es la diferencia con la normativa anterior.


“Las personas deben tener mucho cuidado con el uso de tarjetas de crédito y hay quienes tienen hasta cuatro deudas a distintos bancos por el uso de ese dinero en plástico. El peligro es caer en mora y demandas, recordemos que esto puede causar el arraigo para forzar el pago de la deuda”, advirtió Carlos González, economista y analista en la Asociación de Investigación y Estudios Sociales.


El Organismo Judicial en Guatemala a través del Centro de Mediación Metropolitana ofrece apoyo gratuito a los guatemaltecos a través del proceso de mediación de deuda por tarjeta de crédito o préstamo.


Carlos Valle del Centro de Mediación Metropolitana indicó que ellos “son intermediarios” cuando el cliente hace la solicitud y “buscan un acuerdo voluntario, citando a las partes involucradas para llegar a un consenso”.


Rodolfo Pérez, abogado, aclaró que en Guatemala “no existe cárcel por no poder pagar una deuda”.


Las entidades bancarias pueden entablar una demanda civil según indica el artículo 142 del Código Penal para ir contra los bienes, a esto se le llama “embargo”.


“El artículo 17 de la Constitución Política de la República es claro al confirmar que no hay prisión por deuda, por lo que no pueden ir en contra de la persona”, afirmó Pérez.


Javier Pineda experto y especialista en Banca y finanzas dijo que “prestar dinero es un negocio que se basa en la confianza”, agregó que tener una buena reputación y garantías, hacen que las entidades bancarias busquen al cliente para ofrecer los servicios.


Hace una semana a Nataly Polanco, le llamó un asesor del Banco Industrial, para indicarle que tenía una tarjeta de crédito preautorizada lista para enviar.


“La experiencia de tarjetas de crédito de amigos cercanos, que por necesidad adquirieron una y en algunos casos han tenido problema para ir solventando los pagos, son las que hacen que no quiera tener una”, expresó Polanco.


Por. Susana Estrada Barrientos

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